Descripción

 

Los Baños Árabes de la localidad valenciana de Torres Torres, en la comarca del Camp de Morvedre, son, posiblemente los mejor conservados de toda la Comunitat Valenciana. Estos baños públicos de época post-islámica se encuentran ubicados cerca de la actual plaza de la Iglesia del municipio, junto al aljub o cisterna de la cual se suministraban. La cronología precisa de la construcción de estos baños, que siguen la tipología clásica del Hammam islámico, no está todavía definida explícitamente y encontramos diversas hipótesis acerca de cuándo se erigieron estos baños.

Así, el arquitecto e investigador del patrimonio de Torres Torres y de su comarca, Juan Corbalán de Celis, apunta en su artículo “La actual plaza de la Iglesia de TorresTorres”, recogido en su obra “Torres Torres. Floresta de pequeñas historias”, que el origen de los baños podría ser incluso anterior a la época de la reconquista, pues después de ésta el lugar pierde importancia y no se le ve sentido a la construcción de unos baños de tal envergadura.

Por su parte, otras investigaciones efectuadas tras varios trabajos arqueológicos llevados a cabo en este monumento en 2003 apuntan a una construcción posterior, durante el siglo XIV, datación esta que figura en el Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano. Además, la primera referencia documental que se tiene de este monumento corresponde a 1555. Sea como fuere, estas instalaciones reproducen el esquema básico de Hammam. Fueron declarados en 1938 Monumento Nacional y son unos de los tres baños árabes mejor conservados de la Comunitat Valenciana. Corbalán de Celis, a quien seguimos en este artículo, destaca la singularidad que supone el encontrar unos baños de estas características en un asentamiento urbano cuyo origen es marcadamente militar. Torres Torres se encuentra situada en la denominada vía del Palancia, vía tradicional de comunicación entre los actuales territorios de Aragón y de Valencia. Por esta razón, se convirtió en un lugar de paso y descanso para los viajeros, lo que daría razón de ser a que contara con unos baños sencillos, pero de relativa importancia, dada su escasa población.

La arquitectura refuerza este planteamiento, pues la puerta de acceso a los baños se encuentra en la fachada norte del conjunto, ante la que es probable que pasara el camino real, siguiendo la calzada romana. Los Baños de Torres Torres dejaron esta función de aseo público en los siglos posteriores a su cristianización. No obstante, los habitantes del municipio quizá los reutilizasen como depósito de agua, vinculados al cercano aljibe, una decisión que, tal vez, haya permitido que el monumento llegara hasta nuestros días en un estado de conservación muy bueno.

El conjunto de los Baños Árabes consiste en tres salas rectangulares cubiertas con bóvedas y dispuestas en paralelo, con otras dos pequeñas estancias anexas, utilizadas como caldera para calentar el agua y como letrina. Estos tres espacios principales cubren mediante bóveda de cañón las situadas en los extremos y con una bóveda rebajada, la central. En las cúpulas de los baños se encuentra una serie de lucernarios en forma de estrella que aportan iluminación a la estancia. Estas salas se corresponden con las características salas de baño de los hammames. Así, la sala central se corresponde con el baño templado (bayt al-wastani). El espacio de esta nave se encuentra visualmente dividido por dos arcos de medio punto en fábrica de ladrillo. Anexas a ésta, se desarrollan la sala caliente (bayt al-sajun), que repite el esquema de la templada. Junto a este espacio se encuentra la sala dedicada a caldera, que estaba provista de un horno de leña que calentaría el agua necesaria para los baños. En el lateral recayente al poniente se halla la sala fría (bayt al-barid). Esta nave carece de la división espacial mediante arcos fajones que tienen las dos anteriores. Adosada a ella están las que serían las letrinas de los Baños Árabes de Torres Torres. El tránsito entre las diferentes estancias y espacios de baño se realizaba de forma perpendicular a las naves. El conjunto adopta una planta casi rectangular. La fábrica de los muros es de mampostería, siguiendo la tradición constructiva árabe. El pavimento de este monumento Bien de Interés Cultural (BIC) es de ladrillos cocidos dispuestos en forma de espina de pez.

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